sábado, 5 de octubre de 2013

Las crónicas de un Viking (I) : preludio

Las crónicas de un Viking (I) : preludio

Justo 937 años y dos días después de que los vikingos liderados por Harald Hardrade fueran derrotados en la pérfida Albión en la batalla de Stamford Bridge, que hoy da nombre al estadio del Chelsea FC y expulsados definitivamente en la batalla de Hastings a manos del ejército normando de Guillermo el conquistador, volvían de nuevo a Inglaterra esta vez transformados en algo más de medio centenar de fieros y guerreros deportistas enfundando la elástica púrpura y oro de los Minnesota Vikings, una de las franquicias históricas de la liga pese a no consumar en forma de títulos sus cuatro asaltos a la Superbowl.



Este equipo con más de cincuenta años de historia y cuyo nombre se debe a la enorme cantidad de inmigrantes suecos que llegaron entre 1850 y 1910 a esta zona (no, nunca hubo asentamientos vikingos en esta zona, apenas llegaron a Terranova y la costa que les rodea y su paso fue bien efímero hasta que algún yacimiento o documento demuestre lo contrario), visitaba Londres, ciudad remozada a causa de los juegos olímpicos disputados el año pasado y con una larga tradición de acogida de partidos de fútbol americano en la NFL Europe primero y, ahora, con partidos oficiales de temporada regular todos los años en un escenario mágico como Wembley.

A Harald Hardrade se le atribuyó en su día una frase antes de la batalla de Stamford Bridge que rezaba así “En la batalla nunca debemos escondernos detrás de los escudos, mi armadura me dice alza la cabeza donde la espada encuentra al cráneo” no se me ocurre mejor preludio para narrar la épica batalla contra los seis veces campeones, los Pittsburgh Steelers,  el “equipo del pueblo llano” que diríamos aquí.

En un concienzudo plan a largo plazo, este vikingo alicantino que aquí les escribe planeó su desembarco en Londres para hacer realidad uno de sus sueños, ver un partido de NFL en directo y, encima, de mi equipo favorito, los Vikings de Minnesota...que nunca se os olvide luchar por vuestros sueños, aunque sea cumplir alguno de ellos merece la pena y en este caso también.



Londres, ciudad arrasada dos veces por sendos incendios y metrópoli en su día del vasto Imperio Británico, se disponía a acoger a acereros, vikingos y seguidores en general de todas las franquicias del universo NFL con una variedad de nacionalidades, equipos, colores y personajes de lo más variopinto que recuerda que más allá de la grave crisis económica y de valores que azota el mundo hay algo que sigue uniendo a los seres humanos, el amor…en este caso el amor a un deporte, a una afición, a un hobby que permite interactuar con gente de cualquier punto del planeta y compartir segundos, fotos, miradas, anécdotas con aficionados a este deporte.

El desembarco en la ciudad por la que cruza el Támesis, parecía dejarme sólo ante el peligro, sólo veía seguidores de Steelers por todas partes y ningún vikingo asomaba el hocico por allí ni “enseñaba los cuernos”, el ambiente por la tarde ya iba cambiando y el púrpura y oro tomó la ciudad y Regent Street, la calle habilitada para montar todo el espectáculo y el show que arrastra la NFL para promocionar el partido, con muchos juegos para niños, hinchables, merchandising, firmas de jugadores, cheerleaders que hacían las delicias de todos los jugadores, estaba llena hasta media tarde en la que todos se fueron a Piccadilly Circus a arrasar en los bares y pubs de la zona con las existencias de alcohol.



Mientras uno hacía turismo por la ciudad, era curioso cruzarse con aficionados de Steelers a los que mi compañero Javi “intimidaba” imitando al cuerno vikingo que retumba en el Metrodome, un poco más y podría haber despertado a los mismísimos Rohirrim junto a sus monturas y a Gandalf para asaltar a los orcos en el abismo de Helm y los Steelers haciendo gala de su teórica superioridad numérica (en el campo ya se igualaría mucho más la cosa) con gritos y cánticos incluso desde lo alto de autobuses turísticos (anécdota al canto –leer con tono jocoso y de cachondeo, nunca se dijo en tono ofensivo o de desprecio-  a un Let’s go Steelers de un aficionado con unas cuántas copas de más ya a las diez de la mañana del gameday le respondí con toda la naturalidad y espontaneidad del mundo: tup…madre en tono sarcástico y de total cachondeo provocando unas cuántas risas).



Después de Regent street el sábado y el turismo a velocidad de crucero por Londres el sábado y el domingo por la mañana, a eso de las 2:30/3:00 emprendimos camino Javi y servidor a Wembley para visitar las inmediaciones con la enorme cantidad de eventos y actos y la obligada visita a las tiendas oficiales, que si uno llega a tener mejor economía doméstica como antaño se vuelve con un tráiler lleno.



Se calcula que entre espectadores y visitantes estábamos por aquella zona unos 150000/200000 personas, doy fe de que a la carpa de la tienda gigante fue imposible acceder, Javi y servidor con su casco con cuernos comprado aprovechando el 2x1 a precio reducido y luciendo las camisetas de Randy Moss (él) y Adrian Peterson (servidor) paseando por la zona y, como hay poca gente para elegir, nos escogen (un inglés que juega al golf en La Manga pero nos entrevistaba una modelo ^^) para salir en Sky Sports HD ni más ni menos, los que me conozcan del mundo baloncestístico ya saben de mi “atracción fatal” para salir siempre en televisión, y eso que no me gusta nada. No sería la única aparición, algunos ya habréis leído la mención en la CBS de Minnesota en su blog…no se me puede dejar suelto que diría mi señora madre.

Tras visitar los stands y cargar con diversos objetos (bufandas, balones y otros) ya nos disponemos a entrar a Wembley a ver el partido en un sitio en el que lo vi muy bien (gracias Luis, Ana, Rem y David por acompañarnos y a José que no pudo estar presente)…pero esa historia vendrá mañana, la crónica del partido y de la atmósfera de Wembley, lo bueno se hace de rogar y de esperar, mis queridos cornudos.



2 comentarios:

  1. Muy bueno, jefe. Esta parte me la has vendido totalmente.

    ResponderEliminar
  2. Que maravilla, muy buena entrada, espero la 2ª parte ansioso jajaja lo que habría dado por estar allí...

    ResponderEliminar